No te impacientes ante todo aquello que todavía no está resuelto en tu corazón.
Trata de amar las preguntas como si fueran habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma extraño.
No busques ahora las respuestas: no te pueden ser dadas, porque no las podrías vivir, ahora se trata de vivirlas;
vive las preguntas y tal vez, después, poco a poco y sin darte cuenta, un día lejano vivirás la respuesta.
Rainer María Rilke

El duelo posee su propio ritmo, en donde no hay atajos, ni direcciones a las cuales llegar rápidamente. Se conoce que cada día es un desafío, un nuevo reto por cumplir. A veces queremos apresurar el paso, volviendo rápidamente a nuestra rutina, buscando soluciones al dolor al cual le decimos problema, limitando expresiones como el llanto, la culpa, el enojo, la frustración, huyendo continuamente de ellas, olvidamos que esas expresiones deben ser abrazadas, cuidadas, aceptadas, validadas y que mientras más esfuerzo hagamos por detenerlas, más lejos estamos de permitirnos avanzar con nuestro proceso de duelo. Pero permitirse sentir, no significa despreocuparnos de nosotros mismos, implica darnos espacios para el dolor, para el cuidado y para nuestro contacto con el mundo.

A continuación, algunas recomendaciones si estas experimentando una reciente perdida de un ser querido:

  1. Dimensión física: Frente a una pérdida cercana, las dimensiones más afectadas, son el área física, corporal y somática. Es por ello, que es importante, desacelerar el ritmo a nuestras actividades cotidianas, no luchar por mantenernos con actividades sino más bien, alimentarnos saludablemente, descansar, realizar caminatas acompañados y en contacto con la naturaleza. Facilitará que te autorregules mejor.
  2. Desacelerar el ritmo: Ir a paso cauto estas primeras semanas, te permitirá que no te desconectes de ti mismo, es importante que, en momentos de tensión, desesperación, ira o culpa, te permitas respirar, tomar conciencia de tu presencia física en el presente, respirar lentamente por tres minutos, permitirá que los latidos de tu corazón se desaceleren.
  3. Programa tu tiempo: Hay cosas que antes hacías y que ahora es preciso dejarlas por un tiempo, necesitas convalecerte, tener espacio para comer, respirar, estar con tu familia, ir a reuniones de trabajo, cumplir con actividades de tu trabajo, pero sin olvidar de tu tiempo personal, esa cita contigo mismo. Programa qué es lo que harás en tu día, y si tu cuerpo y mente no está preparado, permítete prescindir de esa planificación.
  4. Dormir: Es fundamental tener una rutina cálida antes de ir a la cama, sin embargo, si el realizar una meditación antes de ir a la cama, evitar el uso de celular y pantallas, escuchar música instrumental, tomar una ducha, o beber una bebida caliente, tener horarios establecidos para acostarse y levantarse no funciona, es fundamental acudir a un médico, para una previsión temporal, o a corto plazo. El sueño, influye en la química del cerebro, dormir, restaura nuestro cuerpo y mente.
Desde la Unidad de Atención al Duelo quiero recordarte que no estás solo/a.