El diario de una niña, que ama a su abuela…

Es domingo por la mañana, mi madre apresurada llegó a mi habitación a darme los buenos días y decirme que hoy visitaremos a la abuela, no dudé en levantarme de inmediato, pues sé, que, en casa de la abuela, estará el chocolate caliente que tanto me gusta, con el pan hecho de sus manos y el ingrediente secreto, sus brazos abiertos para recibirme y decirme mi pequeña. No hay lugar en donde me sienta más abrigada que en casa de ella.

¿Recuerdas algún dicho de tu abuela/o?

Mientras todos nos alistábamos, las horas pasaron volando, así dice mi abuela, “las horas pasan volando”, y pienso en como las horas y los minutos podrán volar, ¿Tendrán alas propias? ¿Será que a veces las atrapan como aquellos pajaritos de colores? ¿Se podrá detener el tiempo? No estoy tan clara con esa frase y otras más que tiene para cada momento de la vida, pero si las dice mi abuela es porque así es, ella conoce muchas cosas y es sabia.

De camino a casa de la abuela, hubo mucho silencio mientras estaba despierta, es por eso, que cerré mis ojos, me recosté en mi asiento y jugué a que me dormía, pues en ese momento es donde mi madre habla con mi padre sobre temas que me cuesta comprender. Hoy no fue la excepción, mientras practiqué mi juego, escuché a mis padres decir que quisieran llevar a la abuela a nuestra casa, por un tiempo. Quise saltar de la alegría y decir que es ¡la mejor noticia! pero me descubrirían. Aún así, me sentí muy contenta, mis pensamientos saltaban de la felicidad, siempre he creído que no solo deberíamos ver a la abuela los domingos.

¿Tu abuela/o vivió un tiempo contigo?

Les cuento, que como siempre, gané el juego, creyeron que estaba dormida, porque mi padre me dijo que ya me despierte que llegamos a casa de la abuelita, abrí de inmediato la puerta del auto, me bajé, toqué el timbre y escuché su voz, le dije “abuelita ya llegamos” y ella me dijo “ya mijita ya te abro, los estaba esperando”. Ahí estaba ella, con su cabello blanco, sus pasos prudentes, su voz acogedora, su carita llena de líneas que a mí me gusta ver, mi madre dice que esas líneas se llaman arrugas, y que las tienen las personas que han vivido mucho tiempo, que detrás de esas líneas, hay historias y por eso le pido a mi abuelita que me cuente lo que hay detrás de ellas, mi abuelita se ríe y me agradece por querer escucharla, es verdad, a veces repite las historias muchas veces, los demás se enojan y la callan, pero yo no, yo quiero seguir escuchando sus aventuras.

¿Recuerdas historias que te compartió tu abuelita/o?

Sé que mi abuelita pasa sola en casa, y por eso quería darle la noticia que ya no será así, que la llevaremos de vacaciones a nuestro hogar, pero me detuve, porque se supone que estaba dormida cuando mis padres dijeron eso. Ya no quiero que esté sola, antes me acompañaba a mis clases en el conservatorio, ella siempre esperaba fuera del aula, me cuidaba en las noches cuando mis padres se lo pedían, y por supuesto me compartía dulces, ese era nuestro secreto, ella me acompañaba, quiero acompañarla también.

¿Cómo cuidaba de ti tu abuelita/o?

En este día, vi que mi abuelita, ríe menos, está de mal genio, se enoja por todo, e incluso varias veces se olvidó mi nombre y me bautizó con otro. Yo le dije a mis padres que la abuelita estaba diferente, y ellos dijeron que es normal, que “es por la edad”, esa frase no me gusta, todo lo que ocurre le atribuyen a una edad, y si no es eso, y si algo le ocurre a la abuelita. Quisiera poder llevarla con mi amiga, es psicóloga, me la presentaron mis papás cuando me tuvieron que cambiar de escuela y yo no quería, no entendía que los cambios también pueden ser oportunidades.

¿Cómo cuidas a tus abuelitos, cómo los escuchas, cuándo los visitas?

Cuando la abuelita esté de vacaciones en nuestra casa, le preguntaré qué le ocurre, ella siempre me preguntaba como estaba, me cuidaba, me escuchaba y compartíamos muchos momentos. También les diré a mis papás que la lleven con mi amiga, la abuelita quizá desea hablar.

Hasta pronto querido diario.