«Las lágrimas vertidas por nuestros padres ausentes son un signo de nuestra humanidad: hablan de un amor que sigue vivo, de una pena que no quiere olvido.»

Si tú has perdido a un ser querido sabrás que nunca será fácil, y si además, se trata de un padre, su ausencia deja un huella en el alma: La pérdida se convierte en un camino difícil, pero es natural, ya que el duelo es un proceso esencial que te permitirá explorar sentimientos y abrazar el dolor para así poco a poco reconstruir un nuevo propósito de vida.

Un corazón roto necesita sanar…

El duelo es un proceso personal, que puede llevarnos meses o años… cada persona lo elabora de manera distinta y marcará su propio tiempo para llegar a un acuerdo con la pérdida en función al vínculo que lo unía con ese ser querido.

Hoy día, existen grupos de apoyo del duelo que pueden servir a todas aquellas personas que han tenido que hacer frente a un proceso de dolor tras la muerte de un padre. ¿Alguna vez tuviste que hacer frente a la muerte de un padre? Lo cierto es que conviene tener presente que un ser amado no muere mientras se lo recuerda.

Este testimonio que te compartimos a continuación es la historia de un paciente que ha tenido que sufrir la partida de su padre. Sus palabras salen del corazón y de seguro te identificarás si has tenido que pasar por la misma situación.

 

 

Es difícil porque… es difícil

Llorar es símbolo de emocionalidad, NO de debilidad. No reprimas tus sentimientos, comparte tu dolor con personas de confianza, eso te ayudará a sanar un corazón herido. Aparentar ser fuertes nos frustra en el camino del duelo, y con el pasar del tiempo, aparecen las enfermedades físicas y mentales.

Cabe destacar, que a pesar de que es común tener sentimientos y recuerdos que vienen acompañados de tristeza y nostalgia durante ciertas fechas especiales, aunque ya se haya asimilado y aceptado la muerte del ser querido, también estos sentimientos tendrán gratitud y alegría por el legado que dejaron y que a pesar de no estar presentes físicamente, siguen siendo referentes importantes en nuestras vidas.

Vive el presente y date una nueva oportunidad…

El duelo por un padre lastima el alma, porque mientras más vínculo afectivo con el padre, más será el dolor, todo lo que amamos algún día nos dolerá la vida cuando yo tenemos a esa persona. Sin embargo, se necesita una nueva actitud para crecer y aprender del dolor. No podemos quedarnos en una historia dolorosa, tenemos que aprender a vivir con el sano recuerdo de nuestro ser querido, y ese recuerdo sea el motivo que nos inspire a seguir viviendo.

Cuida de tu salud mental

Luego de una pérdida que ha marcado tu vida y corazón, es muy importante el autocuidado. No ocultes tus pensamientos, emociones y recuerdos ya que así será más fácil elaborar un duelo sano. Alimentarse bien, dormir lo suficiente, hacer ejercicio, descansar y también tomarse un tiempo para llorar son estrategias positivas de autocuidado.

Se paciente contigo mismo y con las personas que están a tu alrededor, el duelo es un proceso que se lo vive de manera personal, pero no tiene que superarse en aislamiento.