Cuando una persona mayor sufre la pérdida de un familiar cercano bien sea una esposa, esposo, pareja, hijo, nieto, yerno, sobrino, etc. Se tiende a considerar que el duelo es menor y sin embargo no es así, porque existe la probabilidad de que puedan percibir un mayor sentimiento de soledad.

Ante ello las personas adultas mayores deben sentirse acompañados porque favorecerá el proceso de recuperación emocional.

ESTRATEGIAS DE ACOMPAÑAMIENTO

-Mantener diálogos informales, efectuando comentarios indirectos que sean esclarecedores. Como por ejemplo, hablar de la situación, de las causas que provocaron el fallecimiento de familiares y amistades.

  • -Comunicar los propios sentimientos.

  • -Favorecer la participación de las personas adultas mayores en los rituales y recordar todos aquellos vínculos de relación positiva entre el adulto mayor y la persona fallecida.

  • -Proponer o marcarse pequeñas obligaciones (en la medida de sus posibilidades), con la finalidad de no aislarse y poder reiniciar poco a poco la vida social.

  • -Ayudar a las personas adultas mayores a ser parte de un grupo de apoyo social o espiritual.

  • -El contacto físico tiene múltiples beneficios para el adulto mayor en duelo, por ejemplo estrechar la mano, brindar un abrazo, una caricia.

  • -Evocar recuerdos agradables, lleva a la persona a un retorno progresivo, a la conciencia de experiencias pasadas y, en particular, al resurgir de conflictos no resueltos.

-Desarrollo de habilidades, por ejemplo: pedir a la persona adulta mayor que realice pequeñas actividades como colocar cubiertos para la comida, doblar servilletas, organizar libros, etc. Esto ayudará a que la persona se sienta autónoma y mejora la autoestima.