Los niños juegan también roles importantes en la familia y el fallecimiento de un ser querido como el padre, madre o hermanos alteran el equilibrio familiar.

¿Cómo asumen los niños la muerte? 

  • -Bastantes adultos consideran que los niños pequeños no comprenden la muerte ni se sienten afectados por ella, pero no es así. Esta falsa idea se desprende de su forma de comportarse muchas veces, como si no hubiera pasado nada.
  • -El niño tiende a vivir más en el presente, tiene lapsos de atención más cortos y se distrae con facilidad, eso no quiere decir que haya olvidado al difunto o que no lo extrañe (Lafuente, 1996).
  • -Diversas investigaciones demuestran que los niños son conscientes de la muerte y pueden sentir una gran aflicción por la de un ser querido.
  • -Los niños alcanzan un entendimiento de ambos, enfermedad y muerte, en diferentes etapas, depende de su nivel evolutivo y madurez cognitiva, más que de su edad cronológica (Die Trill, 1996).

 

¿Cómo asumen la muerte niños menores a 3 años?

  • -Es probable que piensen que la muerte es algo provisional y reversible.
  • -Pueden creer que alguien con suerte puede evitar la muerte y que ellos mismos podrán vivir para siempre.
  • -Pueden creer que una persona muerta piensa y siente.

 

¿Qué se debe hacer?

  • -Será necesario ser pacientes para explicarles una y otra vez lo ocurrido y lo que significa la muerte.
  • -Recordar que para que pueda iniciar adecuadamente el proceso de duelo, es necesario que deje de esperar a su ser querido, y llegar a comprender que este no regresará nunca.
  • -Es muy probable especialmente entre 1 a 3 años, que el niño retroceda su proceso de evolución y se puede convertir nuevamente en bebé, por ejemplo empieza a gatear, quiere que lactar a cada instante, o que nuevamente le empiecen a dar de lactar, hablan como bebés, o desean que los acojan en los brazos como bebés.
  • -Para que el niño entienda qué es la muerte, suele ser útil emplear ejemplos traídos de la naturaleza: las hojas en otoño, la muerte en los animales, pero no comparar con juguetes como muñecos o muñecas y decirles que el ser querido está dormido.
  • -Los niños necesitan que sus figuras de apego estén presentes para avanzar en su desarrollo y tener estabilidad, seguridad y tener sus necesidades básicas cubiertas, necesitan a alguien que les guíe. Pero evitar decir a los niños de 2 a 3 años, palabras cariñosas como “eres mi esposito, eres mi maridito, eres el nuevo jefe de la casa”.
  • -Volver a las rutinas diarias ayudará a desdramatizar la situación
  • -Siempre que resulte posible, es importante mantener los hábitos, los horarios y las normas establecidas, para intentar mantener la continuidad y la estabilidad del entorno del niño. Por ejemplo, no permitir que los niños de 2 a 3 años duerman hasta las 11 de la mañana y recién en ese momento brindar el desayuno.