«Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo
y las hojas caían en el agua de tu alma».
Pablo Neruda

Es frecuente que en el duelo aparezcan sentimientos de culpa. A menudo la podemos identificar por formulaciones del tipo “¿Y si…?” (“Si no le hubiera pedido que viniera”, “si le hubiera llevado antes al médico”, “si no hubiera hecho caso de lo que me dijeron”, “si hubiera conducido yo”…).

El proceso de culpa se da en dos fases:

  1. Somete a la persona a un encierro que le incapacita para cualquier relación, para cualquier esperanza en la vida. La culpa puede generar rencor, resentimiento y aislamiento personal.
  2. Reconocer la culpa y decidirse a salir de ella. La persona sumida en la culpa requiere ayuda para la autoexploración de los pensamientos, para el afrontamiento de miedo, de la verdad para acoger la culpa y dejar de castigarse.


ESTRATEGIAS PARA AFRONTAR LA CULPA

  • Tome conciencia de las manifestaciones somáticas, psíquicas y emocionales.
  • Tome conciencia que no pudo actuar según sus expectativas y sus propios valores.
  • Hágase la pregunta ¿hay alguien que esté libre de culpa?.
  • Determine la diferencia entre responsabilidad y culpa.
  • Diferencie la culpa de la impotencia. A veces la impotencia adopta el disfraz de la culpa.

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