Si no está en sus manos cambiar una situación que le produce dolor, siempre podrá escoger la actitud con la que afronte ese sufrimiento (Viktor Frankl).

Perder a alguien porque se suicida es también especialmente difícil de afrontar, porque unido al profundo sentimiento de culpa, de incomprensión y de ira, se suma también el sentimiento de vergüenza que, en ocasiones, puede hacer que las familias expliquen falsas razones de la causa de la muerte para que el entorno no los culpabilice aún más de la pérdida.

Es muy probable que las personas que estén pasando por esta circunstancia se sientan inmersas en una situación agotadora, porque no comprenden, porque dudan incluso que haya podido ser así, en alguna medida se pueden sentir culpables. Usualmente este tipo de muertes, causan un shock doloroso, acompañado de la negación del hecho y una búsqueda ansiosa de explicaciones.

IMPORTANTE

 

 

 

PAUTAS PARA AFRONTAR UN DUELO

  • La intervención en duelo por causa de un suicidio debe comenzar desde el momento que se experimenta la situación, con la finalidad de prevenir alguna patología como por ejemplo estrés postraumático.
  • Los familiares o amistades de los dolientes, deben comunicarse por cualquier medio de comunicación con la familia telefonear a la familia 1 o 2 semanas después del fallecimiento, para interesarse por su estado, responder a dudas. Es importante que el doliente permita el acompañamiento en su dolor.
  • Es necesario que el doliente normalice respuestas y evite culpas.
  • El doliente debe evitar tomar decisiones apresuradas como casarse, vender o donar las cosas de la persona fallecida, desaparecer absolutamente todas las cosas.
  • El doliente debe evitar hacer cambios radicales en su estilo de vida, como evitar a las amistades, cambiarse de domicilio, desorganizar el horario del hábito alimenticio, automedicarse, aislarse de su entorno familiar, entre otros.

 

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