En Navidad o fechas especiales, compartir el dolor con los demás miembros de la familia, lejos de crear dolor, proporciona más consuelo y favorece sentimientos de cohesión, apoyo, seguridad y cercanía.

Hay fechas o momentos que pueden ser particularmente difíciles de afrontar especialmente cuando un ser querido ha fallecido cerca de fechas importantes como la Navidad o fin de año. Ante ello, existen las crisis que tienen el doble componente de peligro y oportunidad.

  • Son un peligro si la familia o el individuo, enfrentan la crisis de manera disfuncional, como puede suceder cuando por ejemplo, fallece un miembro de la familia y deciden no realizar ninguna tradición navideña porque se asumen que están tristes.
  • Son una oportunidad, porque pueden contribuir a que la persona salga más fortalecida y haya aprendido algo de la experiencia, encontrando nuevas tradiciones en las que se honre la memoria del ser querido, especialmente en Navidad y Año Nuevo.