Ansiedad es la reacción que tiene una persona ante amenazas reales o imaginarias
(Horney).

El dolor durante el proceso de duelo y más allá de su finalización no se cura, no es una enfermedad, durará tiempo, no sabemos cuánto, pero antes o después tendremos que asimilar la pérdida, aprender a convivir con nuestras emociones, a veces con la tristeza, pero también con la alegría de haber tenido la posibilidad de conocer a esa persona que ya no está, pero que en su momento nos aportó muchas cosas útiles.

¿Qué es la ansiedad?

Es un estado de angustia o incertidumbre. Una persona ansiosa puede estar inquieta, tensa y/o nerviosa; incapaz de dormir y de concentrarse, con falta de aliento o entumecimiento.

La ansiedad en el doliente puede oscilar desde una ligera sensación de inseguridad a fuertes ataques de pánico, cuanto más intensa y persistente sea la ansiedad más sugiere una reacción de duelo patológico (intensos síntomas de anhelo, tristeza o pérdida de sentido). En algunos casos los supervivientes temen que no podrán cuidar de sí mismos solos, o la persona puede tener la sensación de muerte personal, “desde que ya no está ya no tengo motivos para vivir” ó “siento miedo de estar a solas”, “no sé como vivir sin esa persona”. También puede aparecer ansiedad, como consecuencia de los miedos producidos al plantearse ahora, no sólo su propia salud y bienestar sino también la de los otros seres queridos.

DATO CURIOSO: El miedo, la ansiedad o la evitación persistente, dura al menos cuatro semanas en niños y adolescentes, seis o más meses en adultos.

Sugerencias para controlar la ansiedad

1. Consuma alimentos sanos en cantidades moderadas.

2. Cuide de usted mismo y haga ejercicio físico.

3. Practique técnicas de respiración y relajación.

4. Salga a caminar, pasear, jugar.

5. Evite la cafeína.

6. Evite el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas.

7. Duerma bien.

8. Busque ayuda profesional (médico, psicólogo, psiquiatra).