El fallecimiento inesperado de un ser querido en un instante nos cambia completamente la vida.

Aunque parezca una frase muy cultural, debemos valorar lo que tenemos en cada momento y degustarlo. Que no haga falta perderlo para ser conscientes de lo que teníamos y que ahora echaremos de menos. Vivimos muy focalizados en las preocupaciones futuribles, que en su mayoría no se cumplen, o por la nostalgia del pasado o recuerdos que nos hacen sufrir.

El fallecimiento inesperado de una persona que ha significado demasiado en nuestra vida, acontece un impacto emocional, físico y psicológico que nos afecta a nivel personal, familiar y social de manera que durante los primeros meses no somos capaces de dar una respuesta a la situación tan dolorosa, porque se tiene la expectativa de volver a ver, y en un instante todo se terminó y todo se transformó en un duro recuerdo.

 

Ante tanto sufrimiento repentino, es muy probable atravesar un proceso de shock, con ansiedad intensa, falta de reacción, embotamiento afectivo y cognitivo, bloqueo, rabia, llanto, reacciones de agresividad y descontrol. Sin embargo, son reacciones normales ante una circunstancia adversa.

PASOS PARA SOBRELLEVAR LA AUSENCIA DEL SER QUERIDO:

  • Facilitar a las personas afectadas que puedan hablar sobre el fallecido, sobre lo que sienten, sobre lo que piensan.
  • Establecer rutinas de apoyo con familiares, amigos, profesionales.
  • Cuidar la salud física y mental.
  • Retomar la vida cotidiana progresivamente y sin presiones en el tiempo.