Es inevitable un corto período de sentimientos de tristeza, añoranza, ahogo, desesperanza (todas las personas tienen que experimentarlo).
La ausencia de sufrimiento intenso las personas lo asumen como que está bien y ya han superado el duelo.
Está mal reflexionar, hablar, o recordar algún tema sobre el ser querido, porque hace más daño.
La recuperación sana se completa en 1 año. Al finalizar este año, las personas tiene que estar recuperadas. Las personas especialmente las más jóvenes consideran que el período de duelo más intenso finaliza a los dos meses de la pérdida.
La finalización del duelo comporta haber aceptado la pérdida sin reservas al cien por cien.
La meta del duelo es desvincularse del fallecido. No recordarlo ni pronunciarlo.
Creer que dormir con luz encendida, televisor encendido nos acompañarán en el proceso y así no se sentirá miedo.
Guardar todas las fotografías, no dejar nada visible del ser querido.
Regalar, quemar, todas las cosas del ser querido.
No se debe llorar porque hace daño y no descansa el ser querido.
No ir a visitar al ser querido en el Cementerio o lugar de descanso general, porque eso causa mucha tristeza.
CREENCIAS CORRECTAS SOBRE EL DUELO
Al inicio del duelo la tristeza puede ser de distinta intensidad, duración. Las respuestas son muy variadas. Algunas personas a penas muestran tristeza y otras se ven sumidas en una emoción muy intensa; en cualquier caso, las manifestaciones de dolor deben considerarse como tristeza, no como depresión.
La meta del duelo con frecuencia es una revinculación con el fallecido; una vinculación distinta, de carácter simbólico. Las personas van encontrando a medida que avanzan en el duelo esa nueva forma de vinculación. Esta nueva forma les ayuda a encontrar sentido a sus vidas.