La falta de elaboración de un duelo importante durante la vida, aumenta la probabilidad y predisposición a experimentar dificultades con otros duelos posteriores.

Un duelo o un conjunto de duelos mal elaborados puede cronificarse en cualquiera de las formas de psicopatología (depresión, ansiedad, somatizaciones, etc.). El duelo no resuelto aumenta, la morbilidad física y psiquiátrica.

CARACTERÍSTICAS DE UN DUELO NO RESUELTO

  1. El doliente no puede hablar del fallecido, aparentemente no experimentar un dolor intenso y reciente.
  2. La persona que ha sufrido la pérdida no quiere desprenderse de posesiones materiales que pertenecían al fallecido.
  3. Algunas personas desarrollan síntomas físicos como los que experimentaba el fallecido antes de la muerte.
  4. Algunas personas hacen cambios radicales en su estilo de vida después de una muerte, o evitan a sus amigos, miembros de la familia y/o actividades asociadas con el fallecido, o por lo contrario se dedican demasiado a los actos sociales (falsa euforia), pero evitan las actividades asociadas con el fallecido, por ejemplo honrar la memoria en difuntos.
  5. Intentar imitar a la persona muerta.
  6. Asumir bruscamente de forma personal los roles que desempeñaba el ser querido cuando estaba vivo, sin ponerse de acuerdo en familia.

¿Qué debemos hacer?

  • Los dolientes deben apoyarse en la familia, amistades.
  • Los familiares, amistades o la propia persona puede identificar problemas no resueltos, pero evitando prejuzgar o estigmatizar alguna conducta por ejemplo evitar decir “tienes/tengo depresión”, sin antes haber recibido un diagnóstico.
  • Buscar ayuda profesional, espiritual o una persona externa a la familia para que oriente la elaboración de un duelo sano.

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