Para gestionar la tristeza es importante fluir hacia lo bueno, lo real y positivo, pensando, actuando y vibrando en amor.

Para Bucay, elaborar el duelo, significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida de lo que no está, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta su ausencia.

Una de las manifestaciones más comunes durante el proceso de duelo son los sentimientos de tristeza, a menudo a través de la conducta de llorar. Sin embargo, en ocasiones los dolientes posponen la manifestación de la tristeza y llanto para no afectar a sus familiares o personas cercanas, lo cual interfiere en en la elaboración de duelo sano, lo cual puede tornar en lo posterior a un duelo complicado o patológico.

IMPORTANTE: Tenemos que experimentar el dolor, el sufrimiento, la tristeza, la culpa, para adaptarnos a la nueva situación.

Con el tiempo el dolor es más suave, pero la tristeza se puede reactivar ante cualquier estímulo que recuerde la pérdida. En este sentido Bowlby agrupa el proceso de duelo en tres etapas:

  • Protesta: Se manifiesta con sentimientos de negación y de cólera o furia.
  • Desesperanza: Se manifiesta con tristeza y depresión.
  • Desprendimiento: Finalmente, llega la aceptación.

 

Finalmente, Worden refiere que un duelo termina o es correctamente elaborado cuando la persona es capaz de pensar en el fallecido sin dolor, aunque sienta algo de tristeza porque es irremediable.